No debería ser una despedida más
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No hablamos de una despedida más de un crack mundial de un gran club de fútbol. Porque si desde el punto de vista económico, el británico sólo ha dado alegrias a la casa blanca, desde el punto de vista deportivo, su llegada en verano de 2003 supuso, a mi juicio, el principio del fin de la era galáctica, el comienzo de la caída cuesta abajo y sin frenos en la que lleva sumido el Real Madrid durante tres tremporadas y media. En sí, el fichar a Beckham no era el error. La gran metedura de pata era los daños colaterales que tal decisión conllevaba. Ronaldinho, actual icono del Barça y uno de los mejores futbolistas de mundo, estaba a tiro del Madrid, al igual que Deco. Ambos los desecho Florentino Pérez por el inglés... los resultados los llevan viendo ustedes mismos con sus propios ojitos desde entonces: fracaso tras fracaso blanco frente a la gloria y los titulos blaugranas. Cuando en el fútbol piensas más en los jugadores que venden camisetas que en los que te ganan títulos, el final de la historia nunca es feliz.Toda esta tontería galáctica que lleva rodeando al Madrid ya va siendo hora de que se vaya acabando. Si la crisis galopante del Barça duró cinco años, la del Madrid tiene visos de igualarla e, incluso, superarla, si alguien con más de una neurona y dos dedos de frente no le pone freno.
El otro día, hablando con compañeros afines a los colores colchoneros, me decían: "si es que el Atleti lleva años siendo una ruina, pero cada vez que miro al vecino, me vengo arriba de nuevo". No le sobran razones, porque para que un aficionado del Atlético se compadezca de la situación del Madrid, es que ésta es excitantemente grave.
Los aficionados merengues ya están hastiados de jugadores vividores, nocturnos y mujeriegos, que trabajan dos hora al día y ganan en un sólo més lo que el comun de los mortales va a ganar en toda su vida; están hartos de los dirigentes corruptos, bocazas, prepotentes y materialistas que sólo piensan en el beneficio propio y en venderse públicamente y no en el club que presiden; en definitiva, están hasta los mismos huevos (o como se diga) de ver como el club que aman es el hazmerreír de medio mundo y ha tirado por tierra, mar y aire, la imagen y el prestigio de un club centenario y modélico en solo tres años. Si Beckham ha hecho caso a Woody Allen : "Yo sólo pienso en el futuro, porque el futuro es donde voy a pasar el resto de mi vida" el Madrid no debe dejar escapar ni un sólo minuto más de su pulcra historia (hasta hace tres años) para encuzarla de nuevo y volver a ser lo que ha sido siempre: un club de fútbol, simple y llanamente. Un gran club, sino el mejor. Pero eso sí, sólo y, exclusivamente, sólo, un club de fútbol. Todo lo demás eran, son y serán banalidades.
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