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lunes, diciembre 18, 2006

Sin Mundialito, sin liderato y sin FIFA World Player

Mal día el de ayer para ser culé. Desde primera hora de la mañana se esperaba que el domingo 17 de diciembre de 2006 pasara a formar parte como una de las grandes fechas de la historia del Barcelona. La disputa de la final del Mundialito de clubes en Tokyo podía coronar al Barça como el mejor equipo del planeta, además de convertirse en el primer Barcelona de sus 107 años de historia que ganaba la Copa Intercontinental (ni siquiera el Dream Team lo logró). Tras la Liga y la Champions, este era el broche adecuado a una temporada de ensueño, la guinda del pastel y la confirmación de que estabamos ante el mejor Barcelona de todos los tiempos. Pues bien, a pesar de estos argumentos tan atractivos, el Barça no supo estar a la altura del guión y perdió el Mundialito tras un partido decepcionante. A mi entender, lo peor no es que perdiera el título, sino el cómo lo hizo: Un tal Internacional de Porto Alegre, que no ha empatado con nadie en su vida y que no tiene ni un sólo jugador de renombre en su plantilla, superó de principio a fin a los hombres de Rijkaard y demostraron que si vas de crecidito a una final, acabas cavando tu propia tumba. ¿El resultado? 1-0 y para casa con Jet-lag en la maleta, más de 20.000 kilómetros en las piernas de cada uno de los jugadores y un descomunal fracaso sobre sus espaldas. Por sacar algo positivo, es de admirar las declaraciones del técnico holandés y de los jugadores reconociendo el descalabro que acababan de sufrir. Algo es algo.
Cuando llegas a la cima y alcanzas la gloria y el reconocimiento mundial, el fracaso duele más que nunca. Y el Barça ha salido tocado, muy tocado de este Mundialito. Porque seamos serios, sólo es rentable disputarlo si acabas llevándote el trofeo a casa, porque sino, el palo es gordo, y a las pruebas me remito. Pero éste no es el primer revés que encaja el Barcelona esta temporada: de los cuatro títulos que ha disputado hasta el día de hoy sólo ha ganado uno, la Supercopa de España, los otros tres, Supercopa de Europa, Copa de Catalunya y Mundialito se le han quedado por el camino. Además, Chelsea, Real Madrid, Sevilla y ayer Internacional le han pintado la cara. Será que no es oro todo lo que reluce en Can Barça.
Pero volvamos al principio. Decía que era un mal día para ser aficionado del Barcelona, porque a la hecatombe sufrida en Tokyo, se le sumó por la tarde la pérdida del liderato, que vuelve a estar en manos del Sevilla. Cierto es que tienen un partido menos, pero hay un dato que me tiene loco: el mejor Barça de toda la historia (así lo cantan a los cuatro vientos en Catalunya) está un punto por debajo del Sevilla y uno por encima del peor Real Madrid de muchos años, ¡Qué cosas!
Y para rematar el domingo, se filtró que el ganador del FIFA World Player era Cannavaro, el segundo Zinedine Zidane y el tercero Ronaldinho. Esta última cornada llevó a muchos culés a meterse directamente en la cama a las 7 de la tarde, no fuera a ser que aún hubiera alguna "sorpresita" más de última hora. Y claro, la prensa catalana ya publica hoy, al igual que ocurriera con el Balón de Oro, su estupor ante tan tremenda injusticia. No sé. Igual debe ser que los periodistas de Sport y Mundo Deportivo saben más de fútbol que todos los seleccionadores y capitanes de los todos los países del mundo y que son ellos los que no tienen ni pajolera idea de que va este juego. Debe ser.
El domingo 17 de diciembre de 2006 que estaba predestinado para proclamar a este Barça campeón del mundo de clubes por primera vez en su historia, acabó sin el Mundialito, sin el liderato y sin el FIFA World Player. Dickens decía que "cada fracaso enseñaba al hombre algo que necesitaba aprender". No estaría mal que el Barça haya aprendido lo que es la humildad. Falta le hace.