Renovarse... o Morir
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Antes de continuar, una puntualización, por si hay alguien despistado: La Copa de Catalunya que perdieron en septiembre, es la edición de 2005/06, que se retrasó al inicio de la temporada 2006/07, debido a la falta de fechas, por lo que ahora en junio, disputan la Copa de Catalunya de 2006/07. Lo digo, porque muchos utilizarán este trofeo según le baile el agua: es decir, si vencen, dirán que un título más; si vuelven a perder, dirán que el Barça ha perdido dos veces en la misma temporada el mismo trofeo. Como ya he señalado antes, ni una cosa, ni otra. A mi entender, esta pantomima de competición tiene igual o menos valor que el Teresa Herrera, el Carranza o el Trofeo Naranja. Extrapolar a título oficial una competición de carácter autónomico es un sinsentido. La Copa de Catalunya tiene que tener la importancia que se merece y, en este caso, desde mi punto de vista, no debería significar nada más que el orgullo personal de vencer a eternos rivales, ni más, ni menos. De ahí, a lo que quieran vender los nacionalistas de turno, que con su pan se lo coman.
Bien, planteado este final de Liga, las casas de apuestan están de enhorabuena. Porque aunque el líder y favorito sea el Madrid, el Barça tiene dos partidos mucho más fáciles, a priori, que los blancos, y, además, no hay que olvidar al Sevilla, que parece la Cenicienta, pero puede dar más de un susto si los dos de arriba se confían. No recuerdo un final de Liga tan emocionante y ajustado. Bonito para el espectador neutral, de locos para los hinchas de algunos de estos tres clubes. Una mina de oro para los cardiólogos.
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Mientras, si cruzamos el puente aéreo, bien harían los ex campeones de Europa en dejar de mirarse el ombligo y exterminar ciertos pesticidas que se han colado en ese vestuario de vanidades. Los paralelismos con el Madrid de Florentino son cada día más latentes, y quien piense que la próxima temporada todo va a ser distinto por lo que no es necesaria ninguna revolución dramática en Can Barça, se volverá a equivocar. Los jugadores, como los equipos, cumplen ciclos, por muy buenos que sean. Con ejemplos muy próximos no es necesario irnos al panorama internacional: el Dream Team, La Quinta del Buitre, El Superdepor, el Valencia de Benítez, el Madrid de los Galácticos y, actualmente, el Barça del Jogo Bonito. Ejemplo los tiene de sobra Laporta y Beguiristain para renovarse antes de que el ego de más de uno continúe haciendo y deshaciendo a su antojo por la Ciudad Condal, con la permisividad del club, mientras pasean ridículo tras ridículo por los campos nacionales y foráneos. En su mano tiene el Barça el acierto de ser el primer equipo en no hacer la vista gorda al final de un ciclo, y ponerle solución antes de que sea peor. No hace mucho tiempo, en la época de Gaspart, eran el hazmereir de España: como lo ha sido hace menos el Madrid de la época final de Florentino. La consecuencias son de sobra conocidas. No tienen excusas. Renovarse... o morir. Avisados están.